La línea de investigación en Tecnología de Envases desarrolla nuevos materiales de envase con propiedades físico-mecánicas y de barrera mejoradas para de este modo garantizar la calidad de los productos envasados y específicamente en el caso de envasado de alimentos alargar vida útil manteniendo la calidad de los alimentos.
Para conseguir este objetivo se desarrollan envases con propiedades antimicrobianas, antioxidantes, con capacidad de absorción de etileno, utilizando para ello la nanotecnología como herramienta para la incorporación de funcionalidad a los materiales de envases desarrollados. La línea de investigación de envases, con vocación eminentemente práctica analiza también el comportamiento de los alimentos envasados en las nuevas estructuras desarrolladas. En este ámbito se han desarrollado materiales plásticos con capacidad antifúngica (con incorporación de agentes naturales o sintéticos) para envasado de salmón, de productos de panificación y de productos cárnicos, así como de berries. Estas tecnologías se encuentran a disposición de la industria nacional para su incorporación en los procesos productivos.
Otra de las principales líneas de trabajo del área de envases esa enfocada en la mejora de las propiedades mecánicas y de barrera de materiales plásticos biodegradables/compostables, sin perdida de sus propiedades de biodegradabilidad, incorporando nanoestructuras que no afecten a la biodegradabilidad, desintegración y ecotoxicidad de los materiales. En este campo señalar que se han habilitado tres laboratorios (laboratorio de biodegradabilidad, de compostabilidad y de eco-toxicidad) que de acuerdo a normas internacionales permiten determinar estas propiedades en los diferentes materiales de envase.
Las nuevas exigencias de la ley de responsabilidad extendida al producto que obliga a valorizar los residuos de envases que pone cada industria en el mercado, ha llevado al área de envases a abrir una nueva línea de trabajo donde se está trabajando con materiales plásticos reciclados post-consumo. Para estos materiales se están determinando los porcentajes máximos de plástico reciclado postconsumo que se puede incorporar para el desarrollo de nuevos envases, y la incorporación de nanoestructuras para garantizar las propiedades mecánicas requeridas para ajustarse a los procesos productivos. Paralelamente y con objeto de garantizar la inocuidad
química de los nuevos envases se están desarrollando barreras funcionales que limiten la migración de componentes desde el envase al alimento envasado. El laboratorio ha puesto a disposición de la industria los ensayos “challenger test” que periten garantizar la inocuidad
química y asegurar el uso de material plástico reciclado postconsumo para contacto directo con alimentos.